El arte y la tecnología nuevamente en Rosario
Se llevó a cabo la novena edición del Festival 404 que reunió a grandes inventores en esta rama del mundo y la Argentina
Por Rodrigo Almada
Una nueva edición del ya tradicional 404 Festival Internacional de Arte y Tecnología pasó por la ciudad el último fin de semana. Este lleva esos números ya que hace referencia al conocido error que aparece en Internet cuando una página web no ha sido encontrada. Interesantes propuestas para observar en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavardén y con algunos de los creadores de cada una de las respectivas obras explicando un poco de qué iban cada una.
Una vasta cantidad de personas en el día de la inauguración (jueves 20 de octubre) se hicieron presentes para ser las primeras en ver estas atracciones que a muchos dejaron impresionados. Cinco fueron las obras en el lugar y la restante, “Nuestro Arte Público”, sólo pudo observarse en la conferencia dada un día antes de la apertura oficial del festival.
Las restantes obras fueron: “El retrato de Eva Clon”, “¿Bailamos Shangai?”, “Aprender del camarada Lei Feng”, “W3FI” y “Proyecto Indeterminados”. Las tres primeras contaron con sus creadores en el lugar: Lin Pey-Chwen, Hsin-Chien Huang y Juan Rey, de Buenos aires, respectivamente.
Todas tenían un atractivo particular que lograba llamar la atención de cada uno que pasaba por allí y se quedaba observando, y hasta interactuando. Tal es el caso de “¿Bailamos Shangai?”, que contó con una pantalla gigante y un sistema que proyectaba los movimientos de las personas que pasaban por allí. A todos los pareció muy innovador, pero no era otra cosa más que el sistema que utiliza la consola de vídeo juegos Nintendo Wii.
El más llamativo fue sin duda “El retrato de Eva Clon”: cuatro cuadros, si es que así se los podía llamar, que se movían según de qué lado uno lo fuera mirando, simulando un seguimiento de los movimientos de cada persona. Según lo explicado por su creadora, Lin Pey-Chwen, esta obra está inspirada por la marca de la bestia que aparece en el libro del Apocalipsis en el Nuevo Testamento de la Biblia y profetiza que cada raza, persona y nación sellada con el 666 en la frente o mano derecha será incapaz de escapar del control de la bestia. Con los cambios de iluminación y de los ángulos de visión de la audiencia los ojos de Eva parecen moverse y seguir al espectador.
Otra de las obras que llamó mucho la atención fue “W3FI” que era un sistema con tres paredes de vinilo y proyecciones que ilustraban textos, símbolos y animaciones. En una de estas paredes hubo un sensor que capturaba la imagen de la persona que tuviera en frente y al instante aparecía en la parte principal para mostrar como todos estaban conectados entre sí.
Para lo último quedaron las invenciones de Damián Linossi, de Córdoba, y Juan Rey: “Proyecto Indeterminados” y “Aprender del camarada Lei Feng”, respectivamente. La primera se trató de dos imágenes de personas que a la vez no eran reales sino que eran el resultado de personajes virtuales basados en normas de conductas, prejuicios y convenciones individuales, propias y de su entorno social.
Por otro lado, Juan Rey planteó con su obra algunos interrogantes: “¿Podemos aprender de un aparato que imprime sin parar imágenes relacionadas con Ai Weiwei y lleva estampado el retrato de Lei Feng? ¿Podrá éste dispositivo ayudarnos a reflexionar sobre la circulación del conocimiento?”.
Muchas personas que asistieron para observar solamente cinco obras en un espacio chico, donde en ocasiones no se podía caminar debido al poco lugar que quedaba para poder desplazarse. A la vez las atracciones fueron buenas, unas más que otras, pero no era necesario estar varias horas allí para verlas debido a que en un lapso corto de tiempo se podía observarlas con detalle.
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