Solo se trata de vivir
El recorrido de la sangre: de una persona a otra
Dicen que la sangre es vida y donarla se la devuelve a muchas personas. Un acto de amor y solidaridad con el prójimo que más lo necesita. ¿Qué sucede con aquellos que están tatuados?
Por Giuliana Pecora
La donación de sangre se ha convertido en un tema primordial en la agenda de cualquier hospital. Toda persona sana, con un peso superior a los 50 kg, mayor de 18 años y en algunos casos mayor de 16 con el consentimiento de sus padres, puede hacerlo. Dentro de ese grupo, ahora, se encuentra aquellos que tienen dibujos sobre su piel, algo impensado hasta hace un tiempo.
En la actualidad, se calcula que el 12% de la población posee entre dos o más tatuajes, cifra corresponde a personas que tienen entre 18 y 40 años. Es decir, un importante sector de la población, apto para la donación, tiene tinta en su cuerpo. “Hace diez años estaba prohibido que donaran sangre”, dijo Cristina Rosales, médica hematóloga. Se dice que los potenciales donantes o beneficiados que tengan tatuajes, son descartados por quienes desde el área médica deben tomar la decisión al respecto, por no contar con los datos suficientes y no exponer al receptor al riesgo del efecto ventana con infecciones post-trasplante que constituyen una de las principales complicaciones más frecuentes y graves en esta modalidad.
En Rosario, desde la Secretaría de Salud Pública, la doctora Adela M. Armando habló con Bendito Lunes y contó que las pruebas de laboratorio son imprescindibles ya que permiten la confiabilidad de los datos para la toma de decisiones. “Es por ello que es importantísimo que sigamos desarrollando la red de laboratorios de referencia, y la vinculación entre ellos formando una seroteca para la utilización de los datos conservando las muestras para ser utilizados frente a técnicas nuevas en desarrollo que permitan mejorar los diagnósticos, explicó.
“Esta tarea es parte del trabajo de las autoridades sanitarias a nivel nacional y provinciales, donde se debería trabajar coordinadamente en la Comisión Federal de la Salud (Cofesa), se ha avanzado en el tema pero falta mucho por realizar”, finalizó Armando.
El proceso de la donación
La realidad indica que con la llegada de la epidemia del VIH/SIDA, asegurar la calidad de las reservas de sangre se ha vuelto primordial. La sangre del donante, al llegar al laboratorio, se analiza para determinar el grupo sanguíneo, además de buscar infecciones como VIH, hepatitis B, C y sífilis.
“Una vez que se ha donado debe ser almacenada en neveras especiales antes de ser usada. Se utilizan una variedad de productos químicos para evitar que la sangre donada se coagule, también se utilizan conservantes no tóxicos para la mantención de las células, y materiales de almacenaje nuevos para incrementar la vida en almacenamiento de la sangre donada y sus componentes. De esta forma, la sangre puede ser almacenada y transportada de forma segura”, explicó Cristina Rosales.
Se evita utilizar la sangre al completo. Son componentes específicos de la sangre los que se suministran a los pacientes que lo necesiten. De esta forma, una unidad de sangre puede utilizarse para tratar a varios pacientes. Por ejemplo, a los pacientes que padecen anemia aguda se les suministra glóbulos/células rojas. De esa manera, la sangre de una persona puede salvar muchas vidas.
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