Monólogos poderosos

Última función el próximo jueves 26 de octubre a partir de las 21.30

Cuando lo mínimo es poderoso

La obra “Monólogos Ínfimos”, del taller de teatro de Jorge de la Rosa, se presenta en Ópera Casa de Vinos en San Martín 4387. Las diez puestas en escena concentran risa, drama y talento en estado puro.

Por Nadia Bonora

El jueves arrancó lluvioso. El cielo trató sin piedad a los rosarinos que salieron sin resguardo. Con el correr de las horas, el aire vespertino, algo húmedo, continuó amenazando con descargar toda su furia. El paraguas, preparado. No hay nada peor que la lluvia encuentre a un objetivo sin protección.

Para el horario estipulado las nubes se contuvieron y, contra todo pronóstico, la noche despejada y algo fresca se dejó explorar. Apenas pasadas las 21, la pequeña vinoteca comenzó a alborotarse. No era más grande que el garage promedio de una casa, pero en esos pocos metros se sintetizó arte, vinos, música, tapeo y espectáculo. La combinación resultó irresistible.

"Monólogos Ínfimos" resumió versatilidad, drama y comedia    / Foto: Nadia Bonora

Parados al lado de la barra, un grupo numeroso de amigos se reía a carcajadas. Mientras, la cerveza corría como loca y se degustaban cazuelas con queso saborizado, tortilla española con tomatitos cherry y pan con leberbush.

Del otro lado, una gran vitrina corría a lo largo, imponente. Expuestos en su interior, la oferta de varietales para la venta al público. Casi pegada, una fila de cinco pequeñas mesas de madera oscura esperaban a sus ocupantes. En el fondo, un diminuto escenario engalanado con pesadas telas de rojo intenso. Un cuadro del artista Edgardo Brassat  y una silla, los únicos adornos.

La obra “Monólogos Ínfimos” es el fruto de un año de arduo trabajo por parte del taller a cargo de Jorge de la Rosa. El actor, docente y director tiene una larga trayectoria que incluye formación en artes visuales, psicodrama, comedia y danza contemporánea.

El espacio se cargó de energía cuando comenzó a sonar a todo volumen la canción “Bienvenidos”, del grupo colombiano Systema Solar. El arranque contagió aplausos y gritos de alegría por parte del público.

Pasadas las 22, Marcelo, el propietario de Ópera Casa de Vinos, dio la bienvenida oficial. La novedad salió de su propia boca: a fines de este mes, la vinoteca se traslada a Acebal, localidad santafesina ubicada a 38 kilómetros de Rosario. Antes de dar por iniciada la función, pidió a los presentes apagar sus celulares por respeto a los actores y agregó entre risas: “Además, eso me pone violento”.

Se apagaron las luces. La cumbia irrumpió en el ambiente y así, sin más demoras, entró bailando desenfrenada La Miriam, enfundada en una calza azul eléctrico, vestido blanco corto con estampas fucsias y negras, aros rosa chicle y, como si fuera poco,  camisa de jean anudada en la cintura. Una enamorada del amor, devota de “Santa Gilda” y cansada de que los hombres pretendan a la “mujer perfecta”. 

Al primer bloque se sumaron una mujer cuyo marido policía es asesinado por un ajuste de cuentas; una chica con problemas de comunicación por su tartamudez, pero sin inconvenientes en “otras áreas”; y una adolescente traumatizada por los niños argentinos desnutridos. La primera tanda de monólogos finalizó con la historia de un joven empresario en la lucha por no perder su trabajo y que vive una situación bizarra en un puticlub. 

La Miriam, fanática de Santa Gilda

Una mujer con problemas de comunicación

Un empresario ambicioso

Una adolescente traumatizada

 

En el intervalo, la gente aprovechó para salir a fumar o simplemente, continuar disfrutando de la noche entre amigos y de los riquísimos nachos con queso cheddar que se habían prometido al comienzo del show.

 En el segundo y último bloque, pasaron un bañista que relata su búsqueda por alcanzar desesperadamente a una ballena; un muchacho perjudicado por culpa de un familiar poco perceptivo; una mujer sin escrúpulos con una hermana sometida; un ingeniero civil en medio de una crisis nerviosa; y  una madre patológica, obsesiva y psicótica. 

El ingeniero civil en crisis

El bañista en busca de la ballena

La mujer sin escrúpulos

La madre neurótica

 La puesta se resumió en 10 monólogos variados, que exploraron diferentes historias, estereotipos y realidades. Lo bueno e interesante fue, precisamente, la brevedad de los mismos, ya que cada uno no superó los 8 minutos. Esto aportó dinamismo y un abanico de sensaciones ya que, se pasó de la risa a la reflexión en cuestión de segundos. Esta brevedad sumada a la intimidad brindada por el espacio, hicieron de “Monólogos Ínfimos” una obra repleta de energía e intensidad para aprovechar y disfrutar en compañía o en soledad.

Actualmente pueden ver Monólogos Ínfimos en Miento Bar, Sarmiento 384, los jueves a las 22 hs. Reservas al 679-9697 (fijo). ¡No se la pierdan!

Fotos: Nadia Bonora / Video: Nadia Bonora