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del cuerpo y del ambiente
Los alimentos orgánicos invitan a retomar un estado primitivo, cuidar el planeta y el organismo. Respetar los ciclos naturales de la tierra, evitar el uso de agrotóxicos y de aditivos para producir yerba mate ecológica, huevos con yemas de verdadero color naranja, miel pura de abejas y manzanas con sabor a manzana, se ha convertido en una tendencia.
Los alimentos orgánicos invitan a retomar un estado primitivo, cuidar el planeta y el organismo. Respetar los ciclos naturales de la tierra, evitar el uso de agrotóxicos y de aditivos para producir yerba mate ecológica, huevos con yemas de verdadero color naranja, miel pura de abejas y manzanas con sabor a manzana, se ha convertido en una tendencia.
Por
Fátima A. Ferrari
Alimentos orgánicos en las góndolas de Cooperativa Mercado Solidario
El método de producción orgánica nació de la mano de Masanobu Fukuoka, un agricultor, biólogo y filósofo japonés,
que, a mediados del siglo XX, impulsó la forma natural de cultivar
alimentos basado en el respeto por los ciclos naturales y la mínima
intervención humana.
Algo
que caracteriza a este tipo de alimentos es que no todos los
productos se consiguen durante todo el año. Liliana Ochoteco, una de
las socias de la Cooperativa Mercado Solidario, una organización de productores que a través del trueque
intercambia mercaderías con organizaciones de distintas regiones del
país, aclaró que la
forma de producción ecológica está ceñida a las estaciones, a los
“ciclos naturales”, debido a que cuando se cultiva orgánico no
se utilizan químicos que provoquen efectos nocivos en la salud del
humano ni en la naturaleza. En la actualidad, la mayoría de los
alimentos se consiguen durante los 12 meses, como el tomate, pero no
es natural. Otro motivo por el cual es difícil acceder a estos
radica en que, como explicó Martino, la mayor parte de la producción
orgánica del país se exporta.
La
ley nacional 25.127 establece
que el Ministerio (ex secretaría)
de Agricultura, ganadería, pesca y alimentación es el órgano encargado de reglamentar
el Registro Nacional de Entidades Certificadoras de Productos
Ecológicos, Biológicos u Orgánicos. En la Argentina existen seis
certificadoras de productos de origen animal y ocho de origen vegetal
en Capital Federal, Mendoza y Acassuso. Una de esas empresas está
radicada en Rosario, y está habilitada para certificar ambos tipos.
Método de cultivo orgánico
Si
bien existen
huertas que producen con el método orgánico, como las Huertas
Urbanas en Rosario o las del Programa Prohuerta del Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), Martino explicó que su
producción no puede ser comercializada con una etiqueta que los
clasifique como tales porque no está certificada. “Los
microemprendedores no tienen el respaldo económico para poder
certificar”, señaló. En estos casos, los productos se ofrecen al
mercado como naturales. El encargado del tradicional almacén
Almendra,
que desde 1979 comercializa estos productos, afirmó: “No se puede
vender como orgánico lo que no está etiquetado como tal,
certificado”. Y aclaró que está en la “ética” del
comerciante decir si ofrece o no un producto como biológico cuando
no está envasado y no se puede garantizar su origen.
Los beneficios de una dieta orgánica
Los beneficios de una dieta orgánica
Mario
Wille, encargado de Sana Sana,
un pintoresco rincón vegetariano de Pichincha que, entre sus
productos, ofrece alimentos ecológicos, señaló que el
consumo de estos es la tendencia, aunque no es masivo debido a que
los canales de información son limitados. “La idea de una mejor
calidad de vida y de los beneficios de alimentarse bien no se
difunden en los medios de comunicación de mayor consumo. No es común
escuchar hablar de Fukuoka”, agregó.
Desde
el punto de vista nutricional, Martino aclaró que los análisis
químicos no arrojan grandes diferencias entre los resultados de un
producto orgánico y uno convencional. Sin embargo, la ventaja radica
en asegurarse de que no queden “residuos” de productos
fitosanitarios (o agroquímicos) en el cuerpo.
La
cantidad de personas interesadas en la alimentación natural, aunque
de manera lenta, aumenta en forma progresiva. “Se
trata de un público que de a poco va tomando conciencia de que si se
alimenta mejor, está mejor, y que entiende que lo que come es lo
principal para estar bien. La persona que está todo el tiempo
comiendo grasas saturadas, indefectiblemente va a terminar en el
médico, su cuerpo se va a resentir y su calidad de vida, aunque viva
en un country, no va a ser óptima”, afirmó Wille.
Por
su parte, la socia de la Cooperativa de Mercado Solidario indicó:
“Las
personas que buscan alimentos orgánicos se pueden clasificar entre
aquellos que van en busca de sal del Himalaya o cardamomo de la India
‘porque es bueno, me hace bien y es orgánico’; de las personas
que se interesan porque el producto sea saludable, pero también
tienen inquietud por saber cómo es que algo de la India llega hoy
acá y qué pasa en el medio para que esto suceda, más allá de que
sea orgánico”.
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