Nuevos horizontes y éxitos
Sumergirse en un estado
Después de un año cargado de experiencias positivas, el pianista y compositor rosarino Pablo Juárez, suma proyectos y cosecha los frutos de su esfuerzo. La historia de un hombre al que alguna vez una profesora le dijo que no podía lograrlo.
Sumergirse en un estado
Después de un año cargado de experiencias positivas, el pianista y compositor rosarino Pablo Juárez, suma proyectos y cosecha los frutos de su esfuerzo. La historia de un hombre al que alguna vez una profesora le dijo que no podía lograrlo.
Por Nadia Bonora
Puede decirse que cada persona tiene un destino, como si Dios, Alá, Buda o algún ser superior nos susurrara al oído en las cálidas aguas del seno materno la cualidad o don que nos hace únicos, para que no se olvide. Los hay virtuosos, abnegados, desdichados, introspectivos, lanzados, aventureros o temerosos. Cada ser humano es único e irrepetible y viene al mundo a dejar una huella, a vivir la vida o sólo a cumplir con mandatos familiares.
Pablo Juárez nació un jueves 3 de julio de 1980 con un designio definido: componer y expandir su talento aquí y por el resto del mundo. Creció bajo la influencia musical de su papá, de su abuela pianista y de un vecino que tocaba el bandoneón. Sin lugar a dudas la música ocupó siempre un lugar muy importante en su vida.
Pablo Juárez nació un jueves 3 de julio de 1980 con un designio definido: componer y expandir su talento aquí y por el resto del mundo. Creció bajo la influencia musical de su papá, de su abuela pianista y de un vecino que tocaba el bandoneón. Sin lugar a dudas la música ocupó siempre un lugar muy importante en su vida.
Sumergido fue elegido el mejor disco del mes de noviembre de 2011 por el Club del disco |
“Mi casa era lugar de encuentro. Mientras tocaban, yo correteaba entre los instrumentos. Dio la casualidad que al lado de casa vivía un bandoneonista que fue el que nos enseñó música. Tocaba en su patio y el sonido se colaba por todos lados”, recordó Pablo.
Su bagaje es caudaloso, fuerte. En su casa abundaban los discos de todo tipo de estilos: folclore argentino, música brasilera, jazz. De a ratos la elegida era Mercedes Sosa y con cambios abruptos pasaba a Miles Davis, Toquinho y Cacho Tirao. Ahí otra vez palpable, la inquebrantable conexión musical.
A los ocho años pasó por la Escuela Municipal de Música. Más tarde llegó el turno de la Escuela Provincial y luego el del Sindicato de Músicos. El último eslabón de su formación fue la carrera de Composición en la Escuela de Música de la Universidad Nacional de Rosario. Ese espacio fue el semillero donde conoció a muchos músicos junto a los cuales formó distintas agrupaciones, entre ellas, un cuarteto de jazz. Para ese momento tenía 19.
- ¿De dónde le sacaste provecho?
- De los profesores, que eran muy copados, y de la gente que conocí, que tenía proyección y ganas de hacer música. De los conocidos, son pocos los que terminaron de cursar la carrera, ya que demanda tiempo y energía. Está enfocada en la música académica y no te brinda las herramientas que te da el tocar. Estudié Composición, y ahí se recibe uno cada seis o siete años. Yo no quería ser concertista. Compositor sí lo soy. Para Sumergido, todas las composiciones las hice yo.
Sumergido es el primer trabajo de Pablo. Fue elegido “disco del mes” por el Club del disco en noviembre de 2011 y en la actualidad está despegando hacia otras latitudes. Ocurre que este joven pianista y compositor rosarino está sembrando el fruto de muchos años de arduo trabajo.
Tapa de Sumergido |
La historia del nacimiento de Sumergido consta de dos partes. Una transcurrió por el año 2004 durante un viaje de placer que hizo Pablo a Brasil, y la otra ocurrió en Argentina.
- ¿Qué hacías en Brasil?
- Estaba de vacaciones. Un día caminaba por la calle, pasé por un bar y había un piano. Me atendió un hombre y le pregunté si podía tocarlo. Cuando terminé me dijo que le había gustado y me preguntó: “¿Querés tocar a la noche? Yo te pago”. La realidad es que si no me pagaba igual iba a tocar porque habían pasado 15 días de mi llegada y estaba ansioso por hacer música. Terminé quedándome 25 días. Los últimos diez, iba todas las tardes al bar a tocar. La vista era increíble porque veías el mar. De esa experiencia salió una composición inspirada de una isla donde hice snorquel. Sumergido tiene que ver con el océano y el río, con sumergirse en un estado, en un momento de mi vida.
En el verano de 2009 le prestaron la sala de la Asociación Médica de Rosario que tenía un piano. “Iba todos los días con la bicicleta para tocar. De esas tardes surgieron improvisaciones, que luego se convirtieron en composiciones a medida que se introdujo instrumentación. A algunas ya las tenía de antes”, contó.
Tras esa experiencia formó un cuarteto con el que hacían canciones de grandes compositores brasileños. Como había buena química y comunicación propuso a sus compañeros grabar el disco. Fue el puntapié inicial.
Llegó el año 2007. Viajó a Buenos Aires para ganar mayor experiencia con la música ya que Rosario no le ofrecía tantas oportunidades en aquel entonces. Aquí no podía vivir de eso y por ese motivo probó con otros trabajos.
- ¿De qué trabajaste?
- Hice de todo. Laburé en la empresa de mi tío y repartí alimentos para perros. Cuando me hinché, fui mozo y después trabajé en la clínica de mi viejo. En ese período estudiaba entre siete y ocho horas por día. Cuando logré juntar plata, no trabajé más y le dediqué más tiempo al estudio. En ese momento comencé a viajar a Buenos Aires para tomar clases. Para ese entonces en Rosario había pocos espacios para tocar. Quería más, porque tocar te hace crecer.
Este fue uno de los motivos de su ida a la ciudad vecina: la búsqueda de expansión artística. Esto le permitió conectarse con gente de todo el mundo. “Me ayudó para grabar discos con músicos de afuera. Este año tuve la posibilidad de hacer un arreglo para Silvio Rodríguez. Grabé el piano y se lo mandé y él lo grabó en su estudio de Cuba. Eso va a salir dentro de poco en el disco de la cantante peruana Miryam Quiñones. Lo mismo está pasando con Jorge Fandermole. En su disco hay un tema que arreglé y él lo canta con Miryam. En Rosario también se puede lograr, pero hay que pelearla más”, explicó.
- Allá encontraste tu lugar…
- Sí, igual uno va generando lugares permanentemente porque hay mucha actividad y cantidad de músicos locales, del interior y del resto del mundo.
Otra faceta de Pablo Juárez es la docencia. En Buenos Aires da clases en las escuelas Musineira, Tema y EPS. “Enseñar o, mejor dicho, transmitir, te ordena, te enfoca. El conocimiento es experiencia y es lo que quiero pasar a mis alumnos. Cuando ves que el otro se interesa, busca y toca, es muy gratificante”, explicó.
- ¿Seguís dictando talleres por el país?
- Estoy en plan de hacer algunos. Cuando toco en otras provincias los ofrezco. La práctica me demuestra que hay personas que esperan que les pases el resultado de cómo lograr algo cuando en realidad es una búsqueda personal. Trato de empujarlos para que se animen a investigar y a hacer por su cuenta. No es de mi interés decirle a alguien que hay un solo camino, aunque en este ámbito ocurre mucho. Y cuando pasa es jodido porque esa persona a la que se le niega la posibilidad cree que nunca va a poder tocar como su profesor. Entrar en ese estado es peligroso. A los 17 o 18 años tuve una profesora que tenía ese plan. En aquel momento estaba sensible. Me crucé con esta mina que me dijo algunas cosas y dejé la música por tres años.
- ¿Se puede saber qué te dijo?
- Dijo que yo no era para esto. Fue duro. Y lo peor fue que lo creí. Por eso dejé de hacer música tres años, pero cuando volví, volví con todo. ¿Cómo podés decirle a alguien que no sirve?
Pablo ya está trabajando en nuevas composiciones y al mismo tiempo está abocado en proyectos paralelos: dos dúos de guitarra; en el segundo disco solista del cantante porteño Román Giudice; grabando el disco con Miryam Quiñones y Silvio Rodríguez y, como si fuera poco, Sumergido se está vendiendo en Japón y conociendo en Puerto Rico.
“El sello japonés, Inpartment Inc., está trabajando en recopilaciones de dúos de artistas latinoamericanos e incluyeron el tema de Alfredo Zitarrosa, 'Pa’l que se va', que forma parte de Sumergido. En la segunda recopilación de este mismo sello van a incluir 'El Caminante', otro tema del disco”, contó Pablo.
En mayo de este año Sumergido representó a la música argentina en el Festival Anual del Disco que realiza la Radio Universidad de Puerto Rico. Esta es una de las radios de latín jazz más escuchadas en Estados Unidos, Canadá, Centro América y Europa.
Pablo es consciente de que fue un año cargado y su cuerpo y mente necesitan tiempo de descanso para pensar en todo lo que pasó: “Para mí fue un año bisagra, pasaron cosas muy buenas y necesito procesar todo”.
Aquel niño que jugaba entre instrumentos, que aprendió a tocar el bandoneón, que se cargó de música, que absorbió lo que pudo y que va por más, parece incansable. Ese joven que se fue lleno de proyectos y sueños a una nueva ciudad en su búsqueda de nuevas experiencias, de riquezas espirituales y de más música, pisa fuerte y marca su camino hacia más conquistas.
- Estaba de vacaciones. Un día caminaba por la calle, pasé por un bar y había un piano. Me atendió un hombre y le pregunté si podía tocarlo. Cuando terminé me dijo que le había gustado y me preguntó: “¿Querés tocar a la noche? Yo te pago”. La realidad es que si no me pagaba igual iba a tocar porque habían pasado 15 días de mi llegada y estaba ansioso por hacer música. Terminé quedándome 25 días. Los últimos diez, iba todas las tardes al bar a tocar. La vista era increíble porque veías el mar. De esa experiencia salió una composición inspirada de una isla donde hice snorquel. Sumergido tiene que ver con el océano y el río, con sumergirse en un estado, en un momento de mi vida.
En el verano de 2009 le prestaron la sala de la Asociación Médica de Rosario que tenía un piano. “Iba todos los días con la bicicleta para tocar. De esas tardes surgieron improvisaciones, que luego se convirtieron en composiciones a medida que se introdujo instrumentación. A algunas ya las tenía de antes”, contó.
Tras esa experiencia formó un cuarteto con el que hacían canciones de grandes compositores brasileños. Como había buena química y comunicación propuso a sus compañeros grabar el disco. Fue el puntapié inicial.
Llegó el año 2007. Viajó a Buenos Aires para ganar mayor experiencia con la música ya que Rosario no le ofrecía tantas oportunidades en aquel entonces. Aquí no podía vivir de eso y por ese motivo probó con otros trabajos.
- ¿De qué trabajaste?
- Hice de todo. Laburé en la empresa de mi tío y repartí alimentos para perros. Cuando me hinché, fui mozo y después trabajé en la clínica de mi viejo. En ese período estudiaba entre siete y ocho horas por día. Cuando logré juntar plata, no trabajé más y le dediqué más tiempo al estudio. En ese momento comencé a viajar a Buenos Aires para tomar clases. Para ese entonces en Rosario había pocos espacios para tocar. Quería más, porque tocar te hace crecer.
Este fue uno de los motivos de su ida a la ciudad vecina: la búsqueda de expansión artística. Esto le permitió conectarse con gente de todo el mundo. “Me ayudó para grabar discos con músicos de afuera. Este año tuve la posibilidad de hacer un arreglo para Silvio Rodríguez. Grabé el piano y se lo mandé y él lo grabó en su estudio de Cuba. Eso va a salir dentro de poco en el disco de la cantante peruana Miryam Quiñones. Lo mismo está pasando con Jorge Fandermole. En su disco hay un tema que arreglé y él lo canta con Miryam. En Rosario también se puede lograr, pero hay que pelearla más”, explicó.
- Allá encontraste tu lugar…
- Sí, igual uno va generando lugares permanentemente porque hay mucha actividad y cantidad de músicos locales, del interior y del resto del mundo.
Otra faceta de Pablo Juárez es la docencia. En Buenos Aires da clases en las escuelas Musineira, Tema y EPS. “Enseñar o, mejor dicho, transmitir, te ordena, te enfoca. El conocimiento es experiencia y es lo que quiero pasar a mis alumnos. Cuando ves que el otro se interesa, busca y toca, es muy gratificante”, explicó.
- ¿Seguís dictando talleres por el país?
- Estoy en plan de hacer algunos. Cuando toco en otras provincias los ofrezco. La práctica me demuestra que hay personas que esperan que les pases el resultado de cómo lograr algo cuando en realidad es una búsqueda personal. Trato de empujarlos para que se animen a investigar y a hacer por su cuenta. No es de mi interés decirle a alguien que hay un solo camino, aunque en este ámbito ocurre mucho. Y cuando pasa es jodido porque esa persona a la que se le niega la posibilidad cree que nunca va a poder tocar como su profesor. Entrar en ese estado es peligroso. A los 17 o 18 años tuve una profesora que tenía ese plan. En aquel momento estaba sensible. Me crucé con esta mina que me dijo algunas cosas y dejé la música por tres años.
- ¿Se puede saber qué te dijo?
- Dijo que yo no era para esto. Fue duro. Y lo peor fue que lo creí. Por eso dejé de hacer música tres años, pero cuando volví, volví con todo. ¿Cómo podés decirle a alguien que no sirve?
Pablo ya está trabajando en nuevas composiciones y al mismo tiempo está abocado en proyectos paralelos: dos dúos de guitarra; en el segundo disco solista del cantante porteño Román Giudice; grabando el disco con Miryam Quiñones y Silvio Rodríguez y, como si fuera poco, Sumergido se está vendiendo en Japón y conociendo en Puerto Rico.
“El sello japonés, Inpartment Inc., está trabajando en recopilaciones de dúos de artistas latinoamericanos e incluyeron el tema de Alfredo Zitarrosa, 'Pa’l que se va', que forma parte de Sumergido. En la segunda recopilación de este mismo sello van a incluir 'El Caminante', otro tema del disco”, contó Pablo.
En mayo de este año Sumergido representó a la música argentina en el Festival Anual del Disco que realiza la Radio Universidad de Puerto Rico. Esta es una de las radios de latín jazz más escuchadas en Estados Unidos, Canadá, Centro América y Europa.
Pablo es consciente de que fue un año cargado y su cuerpo y mente necesitan tiempo de descanso para pensar en todo lo que pasó: “Para mí fue un año bisagra, pasaron cosas muy buenas y necesito procesar todo”.
Aquel niño que jugaba entre instrumentos, que aprendió a tocar el bandoneón, que se cargó de música, que absorbió lo que pudo y que va por más, parece incansable. Ese joven que se fue lleno de proyectos y sueños a una nueva ciudad en su búsqueda de nuevas experiencias, de riquezas espirituales y de más música, pisa fuerte y marca su camino hacia más conquistas.
Información adicional
Ha participado en los discos:
- La Cortada Jazz Trío “Mayo”( arreglador y productor)2006
- Norma Cabrera “Sácame Chacarera” (piano -invitado) 2008
- Tobogán “Taxiturno” (piano-invitado) 2009
- Román Giudice “Canciones de la propia panadería” (piano y arreglos) 2009
- Diego Jaca “En Argentina”. Editado en Alemania (piano y arreglos) 2009
- Damian Verdun “Aguarriba” (piano y arreglo-invitado) 2010
- Pablo Juárez “Sumergido “(piano composición arreglos y productor) 2011
- Mari Sano “Zamba del Loro Mario”. Documental (piano arreglos) 2011
Ha participado en los discos:
- La Cortada Jazz Trío “Mayo”( arreglador y productor)2006
- Norma Cabrera “Sácame Chacarera” (piano -invitado) 2008
- Tobogán “Taxiturno” (piano-invitado) 2009
- Román Giudice “Canciones de la propia panadería” (piano y arreglos) 2009
- Diego Jaca “En Argentina”. Editado en Alemania (piano y arreglos) 2009
- Damian Verdun “Aguarriba” (piano y arreglo-invitado) 2010
- Pablo Juárez “Sumergido “(piano composición arreglos y productor) 2011
- Mari Sano “Zamba del Loro Mario”. Documental (piano arreglos) 2011
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