Las carcasas de la música
Un encuentro de colección
El coleccionismo es una afición más que particular. El hecho de agrupar con el correr del tiempo objetos en todas sus formas, colores y ediciones, es una tarea que merece su mención y respeto. Son los tiempos de Youtube, del mp3 y la descarga desproporcionada de información a través de Internet. Ya no hace falta juntar el mango para el disco, no se necesita correr hasta la disquería cuando una pieza exquisita y demandada acaba de llegar.
Haces clic, le das OK y descargás. Así es como en pocos minutos, la discografía completa de Spinetta puede estar en tus manos. Peluson of milk, Artaud y A dieciocho minutos del sol en tu celular, todo junto y así de simple. Los discos suplantados por el espacio virtual reclaman amparo y quienes acuden en rescate de estas piezas cuasi-arcaicas, son ellos, sí: los coleccionistas, esta vez con el plus de ser melómanos. Combinación encantadora si las hay. Arqueólogos del vinilo, conservadores del ayer.
Haces clic, le das OK y descargás. Así es como en pocos minutos, la discografía completa de Spinetta puede estar en tus manos. Peluson of milk, Artaud y A dieciocho minutos del sol en tu celular, todo junto y así de simple. Los discos suplantados por el espacio virtual reclaman amparo y quienes acuden en rescate de estas piezas cuasi-arcaicas, son ellos, sí: los coleccionistas, esta vez con el plus de ser melómanos. Combinación encantadora si las hay. Arqueólogos del vinilo, conservadores del ayer.
Dentro de las tradiciones de un coleccionista de cepa, existe una costumbre con cierto carácter favorecedor a la comunidad. El folklore de reunirse en convenciones, ferias o mercados donde intercambiar materia e historias de heroísmo sublimado sobre la obtención de piezas insólitas.
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Cajas listas para revolver y encontrar. Foto: BenditoLunes |
En las grandes urbes del mundo, como Madrid, Barcelona, Milán y Holanda, llevan a cabo dos veces al año esta costumbre. En Rosario, la vieja esquina de Mendoza y Sarmiento, donde se encuentra la renovada Plataforma Lavardén, los albergó durante tres días en lo que llamaron el “Segundo encuentro internacional de coleccionismo discográfico y cinematográfico”.
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El coleccionista es una especie de comerciante humanitario. Rastrea durante años los elementos necesarios para que uno pueda pasarse la tarde ojeando el trabajo de recolección ajeno, e incluso hasta comprarlo, si es que la billetera te asiste en tal momento de exasperación consumista.
El puesto más inundado de Beatles de toda la feria era el de Pablo, al que difícilmente se le podía ver el rostro, debido a la cantidad de Beatlemaníacos que arrasaban y removían todo en su haber, sujetando bien fuerte la elección entre las manos para que nadie pueda quitarles su próxima compra. "Los Beatles son la vedette mundial de todo coleccionista discográfico", contaba Pablo mientras orgulloso mostraba Rubber Soul en vinilo, primera edición inglesa, año 1965, disco que no vende "ni en pedo".
"Yo tengo una primera edición del Álbum Blanco, con la particularidad de que vino con poster, cuatro fotos individuales y se abre tipo box. Fue el primer disco en este formato que sacaron los Beatles", comentó un cliente de Pablo que escuchó la conversación mientras sacaba el dinero de su billetera para adquirir Abbey Road, el disco reeditado en vinilo más vendido en los Estados Unidos durante el 2011.
El vinilo, ese formato longevo para la reproducción de sonidos que se vende como pan caliente entre el público melómano con las últimas pretensiones de estilo. Así es; hoy, el disco de pasta está tan en boga como los pantalones oxford en las vidrieras y el auricular ochentoso de colores fluorescentes. Lo retro seduce a gran parte del público generación mp3, y el éxito en las ventas es notable. Tanto es así, que los sellos discográficos, siempre a la orden de las leyes del mercado, se adaptaron fabricando y distribuyendo el formato. Grupos como Oasis, Radiohead, Coldplay o Gorillaz, o sea, músicos contemporáneos, se dieron el gusto de editar sus simples en pasta.
Abbey Road en vinilo, el más vendido en los Estados Unidos. Foto: http://beatles.com/ |
El metal pesado también es un plato fuerte en este tipo de encuentros. Alberto, de 37 años, colecciona desde los 12, y acapara a todo el público heavy, que con pulseras de cuero negro y púa revuelven su puesto. "El primer disco de mi colección fue de Iron ¬
Maiden, En vivo después de la muerte, a partir de ahí cuento con todo lo que se te ocurra de Maiden y no pienso vender ninguno porque ya lo hice de más chico y me costó muchísimo volver a recuperarlos, en primera edición por supuesto", aclara Alberto.
Los precios de su puesto asustan un poco, y lo más curioso es que no paran de llegar clientes dispuestos a pagar los siete mil pesos que cuesta un boxset de AC/DC, casi imposible de conseguir por estar descatalogado, es decir, que ya no se fabrica.
Otro peculiar vendedor y coleccionista de la feria fue Jorge. Con veinte años de colección y un amplio repertorio de vinilos que van desde Almendra a La Máquina de Hacer Pájaros y desde Queen hasta Pink Floyd en ediciones viejas, y algunas hasta inglesas. "Mi mejor tesoro es Dark side of the moon, si me fuera a una isla desierta lo elegiría una y otra vez para llevármelo conmigo", comentó Jorge mientras detallaba todos los formatos y ediciones en sus distintos idiomas que tiene de Dark Side.... "Un coleccionista verdadero no es simplemente alguien que decide tener una pieza de colección y se queda con eso únicamente, sino que busca y posee todo lo que exista sobre ella", reafirmó.
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Jorge con Dark Side Of The Moon, su mejor tesoro. Foto: BenditoLunes |
Exactamente 450 pesos le pagó un estudiante de música a Jorge por el disco en pasta de Almendra. Otro puesto de merchandising no paró de facturar con las billeteras Beatles y los imanes de Lennon. Más atrás, lo cassettes eran muy baratos en comparación y un tanto olvidados. El formato Cd tuvo su lugar, y el precio variaba entre los 40 y los 90 pesos, aunque no eran demasiado observados ya que no tenían la magia del ansiado vinilo, que vuelve para postularse en el Top one de la retromanía mundial, y sin dudas, de los grandes valores que tuvo el ayer.
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